Un postre, una merienda, un desayuno, un tentenpié...
Sano, fácil, equilibrado, digestivo, pocas calorías...
No se puede pedir más por menos...
Mango
zumo de naranja
semillas de chía
1 yogur
stevia
almendra tostada laminada
Para un yogur yo suelo poner una cucharada de chía.
Se cubre con zumo de naranja, añades un poco de stevia y lo dejas hidratarse en la nevera.
Una hora mínimo.
Mientras troceas el mango.
Y montamos el tinglao.
En el fondo la chía hidratada.
Encima el yogur, si quieres lo endulzas con su poquito de stevia.
Por último el mango.
Y adornado con la almendra.
Cuándo lo pruebes sabrás que te has hecho adicta.
Lo siento.
Si tienes problemas de peso, la chía es tu aliada.
Son de un sabor suave, agradable, entre insípido y nuez. Al hidratar con agua, leche, zumo, sopa... se convierte en un gel que sacia. Lo puedes añadir a la receta que te parezca, pega con todo.
Si desayunas chía, pasarás un buen día, llena de energía.
Hidratada produce mayor sensación de saciedad aunque se puedes consumir tal cual.
En México la toman con agua, zumo de limón y azúcar.
A la nevera y fresquita.
La chía es una buena adicción, pero hay otras que deberíamos hacérnoslo ver.
Así nos lo cuentan
Así nos lo cuentan
Moby & The Void Pacific Choir en su tema
¿Are You Lost In The World Like Me?
Un ilustrativo y maravilloso vídeo realizado por
Steve Cutts
La chía (Salvia hispanica L.) es una planta herbácea que viene de México, Guatemala y Nicaragua1
La semilla de chía contiene alrededor de 40% de carbohidratos; de estos, 30% es fibra insoluble, 3% es fibra soluble y el resto son almidones esenciales.
Chía es una palabra de origen maya que significa fuerza.
En un medio acuoso, la semilla queda envuelta en un copioso polisacárido mucilaginoso. Cuando una cucharada de chía es mezclada con agua y puesta a reposar durante algunos minutos, se formará un gel sólido;
El gel formado en el estómago se convierte en una barrera física para la digestión enzimática rápida de algunos carbohidratos, impidiendo su transformación en azúcares sencillos y modulando el metabolismo de estos compuestos en beneficio, por ejemplo, de los diabéticos. Por otro lado, la fibra dietética de la chía tiene un efecto favorable durante el transporte del bolo fecal, previniendo así la obesidad y diversas enfermedades del tracto digestivo.
Estas propiedades hidrofílicas de la fibra soluble de la semilla de chía, que posibilitan que la semilla absorba agua hasta doce veces su propio peso, permiten que, una vez consumida, el organismo prolongue su estado de hidratación, retenga humedad y se regulen más eficientemente los fluidos corporales, la absorción de nutrientes y, consecuentemente, el balance electrolítico.
La semilla de chía contiene muchos nutrientes como: proteínas, calcio, boro (mineral que ayuda a fijar el calcio de los huesos), potasio, hierro, ácidos grasos como omega 3, antioxidantes y también oligoelementos tales como el magnesio, manganeso, cobre, zinc y vitaminas como la niacina entre otras.
Las semillas remojadas en agua liberan el mucílago, produciendo un líquido gelatinoso prácticamente insípido; en México se saboriza con jugos vegetales o esencias y se consume como bebida refrescante. Las semillas también pueden secarse y molerse para preparar una harina fina y de sabor intenso, llamada pinole, que se consume principalmente como dulce.La composición nutricional de la semilla de chía es: Un 20 % de proteína, un 40 % de fibra alimentaria (5 % fibra soluble de muy alto peso molecular) y un 34 % de aceite; sobre el 64 % del aceite son ácidos grasos omega 3. No contiene gluten, por lo que es apta para celíacos. No se conocen componentes tóxicos en ella
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