domingo, 3 de diciembre de 2017

redondo de salmón...CON el Petirrojo de Jo Nesbo

¡
 Este plato es estupendo porque sabe riquísimo, 
es nutritivo y no engorda nada de nada... 
Estas cantidades, aunque parezca mucho no lo es porque se queda en nada y además puedes congelar sin hervir y cuando lo necesites ... al agua.

Eneldo fresco y picadito
1kilo de salmón sin piel ni espinas
 300 gambas peladas cortaditas, mejor a cuchillo...  más
500 de cazón, merluza... 
el pescado que te guste.
Picar y mezclar todos los pescados con 2 huevos, sal , pimienta y 
unas alcaparras
Poner agua a hervir. Colocar la mezcla encima de plástico transparente y hacer unos rulitos del tamaño y el grosor que quieras.
Echar al agua y dejar unos 10´hirviendo y ya está. Vigila el tiempo de cocción que varía según grosor.
 Servir acompañado de una salsa de yogur con mostaza, mayonesa...

 Noruega, frío, novela negra, petirrojo, comer, salmón... ¡¡¡¡¡toma receta!!!!!
Jo Nesbo
¿Conoces a Jo Nesbo? 
Es un escritor noruego, nacido el 29 de marzo de 1960.  También  fue el lider y cantante de un grupo de rock  llamado Di Derre. 
Es el creador del  inspector Harry Hole, el eje de sus novelas...Petirrojo, un libro con dos historias, 
dos épocas que se unen...
Un pájaro de color gris entraba y salía planeando del campo de visión de Harry, que tamborileaba los dedos en el volante. Tiempo lento. El día anterior, alguien había estado hablando en la televisión de tiempo lento. Y aquello era tiempo lento. Como las horas que, en la Nochebuena, precedían a la llegada de Papá Noel. O el tiempo que transcurría en la silla eléctrica antes de que conectasen la corriente...

Era El petirrojo,un ave de tamaño parecido al gorrión común, pero bastante más llamativo debido al color rojo del pecho.El resto del plumaje es de color pardo y tiene los ojos de color negro. Las patas  son finas al igual que el pico. La cara también es de color rojo anaranjado, lo que le hace inconfundible. El petirrojo se siente protegido entre la maleza para defenderse de posibles predadores como el gavilán.
 y ahora a seguir leyendo a Jo Nesbo...  
resumen de petirrojo...
Año 1944. Daniel, combatiente del frente oriental, muere asesinado en las trincheras de Leningrado. En un hospital de Viena, un soldado herido dice ser Daniel. Entre él y la enfermera Helena surge un romance. 

Año 1999. El investigador Harry Hole dispara por accidente a un agente de los servicios secretos durante la visita a Noruega del presidente norteamericano Clinton. Harry Hole es trasladado a la policía de seguridad ciudadana, donde se le asigna la misión de comprobar la información sobre una red de tráfi o de armas relacionada con círculos de viejos y nuevos nazis. 

Año 2000. Mientras la nieve se funde en las calles de Oslo, entra en escena un asesino con un objetivo muy especial. 

 chantatachán, chantatachán...
Petirrojo... Jo Nesbo... RBA, novela negra... 19,00€

miércoles, 15 de noviembre de 2017

col aliñá y coleslaw... CON Dinner for One


Ensalada de COL ALIÑÁ


Repollo blanco
Cominos 
Vinagre blanco
Aceite de oliva AOVE 
Ajo
y su poquito perejil.
Partir el repollo y hacerlo tiritas... 
con cuchillo, procesadora, rallador...
 Hacer la salsa al gusto con el resto de ingredientes,
a mi me gusta picar el ajo pequeñito.
Aliñar el repollo, remover aplastando un poco la col con una cuchara para que penetre bien la salsa y dejar macerar unas horas antes de comer.
 Y una variante
COLESLAW o ensalada de repollo...
 Siempre que la he probado me ha encantado pero nunca me había atrevido a hacerla. No sé, quizás pensando que nunca me iba a salir como la verdadera y antes de llevarme una decepción... pero con esta receta ha quedado estupenda

Para hacerla necesitamos...


 Una col, 3 zanahorias, 1 cebolla pequeña y dulce, 1 ó 2 manzanas Golden
Para la salsa: 1 tarrina de crema fraiché, 1 cucharada de mostaza suave , yo le he puesto una de violetas, 1 cuchara de vinagre de manzana, 2 cucharadas de mayonesa, sal, pimienta negra y azúcar o miel o edulcorante. Si te gustan, unas pasas de corinto le van muy bien.
Con una mandolina rallamos
 la verdura y la manzana.
Con el resto hacemos la salsa.
Mezclamos y dejamos reposar en la nevera.
 Si la ensalada con las horas tiene un poco de líquido acuoso lo quitamos. Y ya está. Es una pasada.
Con cualquiera de las dos y un buen vino,
 puedes darte una buena cena...
¿Y si te la sirve tu mayordomo?
Eso sería tu Dinner for One...
 Es un sketch  en la que dos cómicos ingleses Freddie Frinton, el criado, con su compañera May Warden, Miss Sophie, ponen en escena un servicio de cena con motivo de la celebración del 90 cumpleaños de la señora.
La cena transcurre en un ambiente inglés en el que la señora, Miss Sophie, suele invitar cada año con motivo de este aniversario a sus amigos más cercanos: Mr Pommeroy, Mr Winterbottom, Sir Toby y al almirante von Schneider. Es de notar que la celebración no tiene nada que ver con la nochevieja, tal y como se ha mencionado a veces erróneamente. 
El problema es que Miss Sophie tiene una considerable edad y ha sobrevivido a todos sus amigos, quedando sola en la celebración. Su criado James, igualmente mayor, sirve esta noche de primero una sopa Mulligatawny, Miss Sophie ordena en este caso un sherry, un Haddock del Mar del Norte con vino blanco, pollo con champagne, y finalmente de postre frutas con Oporto. Durante el servicio de mesa James va bebiendo y a veces vaciando alguna de las botellas y esta actitud hace que se vaya embriagando poco a poco, lo que da lugar a diferentes sketches, con una piel de tigre que hace las veces de alfombra, con jarrones de flores, etc.
Durante el servicio de cada plato, se pronuncia la frase, hoy en día muy popular en algunos países del norte de Europa:
James: The same procedure as last year, Miss Sophie? ¿Cómo  el año pasado, Miss Sophie?
Miss Sophie: The same procedure as every year, James!  ¡Como todos los añosJames!
Tras la cena, Miss Sophie indica al muy ebrio James que desea retirarse a la cama, a lo que James responde:
James: By the way, the same procedure as last year, Miss Sophie? ¿Por cierto igual que el año pasado,Miss Sophie?
Miss Sophie, delightedly: The same procedure as every year, James! Miss Sophie, encantada: ¡Como todos los añosJames!
James: Well, I'll do my very best!  ¡Bien, voy a hacer mi mejor esfuerzo!
Imagen
Un corto para chuparse  los dedos
 y una cena con final feliz.

Dinner for One...Es una producción de televisión de la cadena NDR(Norddeutscher Rundfunk) del año 1963, escrita por el autor británico Lauri Wylie inicialmente para el teatro en los años 1920s. 
El corto es un clásico de la televisión en la noche de Nochevieja en Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Austria, en algunos países se llega a repetir más de una docena de veces en diferentes canales de televisión. En Noruega forma parte de la tradición navideña, y se emite por la noche del día 23 de diciembre. En todos estos países se suele poner la versión íntegra en idioma inglés.

martes, 14 de noviembre de 2017

MORTADELA DE CHOCOLATE con Tabucchi, sostiene Pereira...

Tabucchi y la mortadela de chocolate, sostiene Pereira.
Con...1 tableta de chocolate fondant , 
150 gr.  de avellanas, 
50gr. de piñones, 
150  gr.  mantequilla, 
 100 gr. azúcar,  
300 gr. de galletas maría
 o Digestive de naranja...,  
naranjines = naranja glaseada 
y picadita muy fina al gusto, 
2  huevos,  
chocolate picado o perlitas de sabores
 o lo que más te guste  y 
 su poquito de cointreau
 o licor de naranja sin alcohol... 
se hace la mortadela de chocolate
¿Cómo?
Ponemos la mantequilla y el chocolate
 a derretir en el microondas. 
Cuando  la mantequilla está derretida 
se saca y  con una lengua se mezcla 
y  termina de deshacer el chocolate.
Las galletas se  meten en una bolsa de plástico y se les  pasa varias veces el rodillo,  tarro/vaso hasta que  queden desmenuzadas. Con las avellanas se hace lo mismo pero sólo se rompen un poco.
Batimos las claras a punto de nieve y reservamos. 
 Batimos las yemas con el azúcar 
hasta que queda una pomada. 
Le añadimos el fundido de mantequilla y chocolate más el cointreau y batimos un poco más. A la mezcla le añadimos las galletas,  la naranja picadita,  los piñones enteros,  y para finalizar mezclamos todo  con  las claras a punto de nieve,  con movimiento envolvente para que no pierdan el aire... 
Una vez todo bien mezclado  echamos la masa 
sobre un film transparente,
y le damos  forma de mortadela
y lo metemos en la nevera 
para que coja consistencia.
Pasadas unas horas lo ponemos 
sobre una tabla
y cortamos  el trozo que vayamos a consumir, 
rebozamos en lo que hayamos elegido
y cortamos con un cuchillo bien afilado 
en láminas muy finas.
Delicatesen
¿Todo bien? 
El arrepentimiento es algo en lo que todos deberíamos pensar...Sostiene Pereira
Con este fado de Morricone a brisa do coraçao
Dulce Pontes nos lleva a la Lisboa de Sostiene Pereira, 
un periodista en el verano de 1938 bajo 
la dictadura de Salazar...
...Y Pereira era católico, o al menos en aquel momento se sentía católico, un buen católico, pero en una cosa no conseguía creer, en la resurrección de la carne. En el alma, sí, claro, porque estaba seguro de poseer un alma, pero toda su carne, aquella chicha que circundaba su alma, pues bien, eso no, eso no volvería a renacer, y además ¿para qué?, se preguntaba Pereira. Todo aquel sebo que le acompañaba cotidianamente, el sudor, el jadeo al subir las escaleras, ¿para qué iban a renacer? No, no quería nada de aquello en la otra vida, para toda la eternidad, Pereira, y no quería creer en la resurrección de la carne...
Tampoco querría esta MORTADELA DE CHOCOLATE  porque 
  nunca como dulces,  no me gustan, sólo bebo limonadas,Sostiene Pereira. 
Pero seguro  al escritor  italoportugues 
Antonio Tabucchi le encantaría.
Podría degustarla en el  café Orquídea mientras yo  tomo mi   omelette a las finas hiervas, Sostiene Pereira. A mi mujer le encantaba hacerla y a mi ver cómo la hacía... mientras, recordaba sitios, personas, mascullaba conversaciones, hechos...

La filosofía parece ocuparse sólo de la verdad, pero quizá no diga más que fantasías, y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías, pero quizá diga la verdad...
 Sostiene Pereira
Sostiene Pereira, son un libro y una película, que debes consumir en este orden. 
No los devores, muy al contrario degústalos y capta todos sus colores, sabores, olores, texturas...
Tal vez pueda hacerse todo, basta con tener voluntad 
para ello... Sostiene Pereira
El evento es un acontecimiento concreto que se verifica en nuestra vida y que trastoca o perturba nuestras convicciones o nuestro equilibrio, en fin, el evento es un hecho que se produce en la vida real y que influye en la vida psíquica, usted debería reflexionar sobre si en su vida ha ocurrido algún evento... Sostiene Pereira
Año publicación, 1994...  autor, Antonio Tabucchi... editorial Anagrama... 10,45 €...
 La muerte,  el alma, la resurrección de la carne, el recuerdo de su esposa muerta, su cotidianidad periodística, la literatura  francesa, las limonadas,  
un Portugal  convulso pero en el que vive tranquilo y  por el que cree que no puede hacer nada para cambiarlo... son las preocupaciones del viejo periodista Pereira. 
El encuentro con el joven Monteiro Rossi y su novia Marta, símbolo de juventud, conciencia, aventura, riesgo,  inconformismo, lucha...  

da un cambio radical a su vida.  
El Dr. Cardoso a quién le cuenta sus inquietudes,  también
 le cuida por dentro y por fuera y entre todos consiguen
 que por primera vez y casi inconscientemente, pero 
con el beneplácito de su conciencia empiece a hacer 
y decir cosas que le sacan de la mirada retrospectiva 
y conformista que le invade. 
Vive inmerso en la comodidad,   en el silencio impuesto por el poder, el dinero, la autocensura, el periodismo al dictado, la mordaza a la prensa... 
Querido Monteiro Rossi, permítame que sea franco con usted, su artículo es impublicable, totalmente impublicable. No es que yo no pueda publicarlo, es que ningún periódico portugués podría publicarlo, y tampoco ningún periódico italiano, visto que Italia es su país de origen; hay dos posibilidades: o es usted un inconsciente o es usted un provocador, y el periodismo que se hace hoy en día en Portugal no prevé ni inconscientes ni provocadores, y eso es todo... 
Pero Pereira cae en un debate moral, sostiene... y al final nace el periodista que ejerce por primera vez    en conciencia,  denunciando, libre...  
Roberto Faenza en 1996 da vida a Pereira en   Marcelo Mastroianni. Una  película que hay que ver...
...sin embargo sentía una gran nostalgia, de qué no podría decirlo, pero era una gran nostalgia de una vida pasada y de una vida futura, sostiene Pereira...

 "Nací el 24 de septiembre de 1943. Aquella noche los americanos empezaron a bombardear Pisa para liberarla de los nazis. Mi padre, subido en una bici, nos trajo a mi madre y a mí hasta aquí, donde vivían los abuelos".
Aquí es, en Vecchiano,  la casa de sus abuelos maternos donde creció y paso largas temporadas a lo largo de su vida, porque siempre la conservó.
 Está cerca de Pisa, en la Toscana italiana.
Hijo único de  padre  vendedor de caballos 
y madre ama de casa.
Estudió en la Universidad de Pisa y entre aprobado y aprobado se recorrió Europa buscando la huella 
de esos autores que había descubierto gracias a la gran biblioteca del hermano de su madre.
Fue a París y en la Estación de Lyon. Sentado en un  banco  encontró  un poema: Tabacaria, de un tal  Álvaro de Campos traducido por Pierre Hourcade.
Esto le lleva a Lisboa, ciudad que le envuelve,
 apasiona y enamora.
Y a una mujer, María José de Lancastre, 
madre de sus dos hijos.
También a Fernando Pessoa, heterónimo en el que se ocultaba Alvaro de Campos, y que había descubierto en los años 60 en la Sorbona dejándole fascinado. 
Aprende portugués y estudia y perfecciona su lengua y su literatura y se convierte en el  mejor conocedor, crítico
 y traductor italiano del escritor.
 En compañía  de su mujer, tradujeron al italiano 
gran parte de su obra.
 Escribe una tesis doctoral sobre el surrealismo en Portugal. Realiza estudios de perfeccionamiento en la Escuela Normal Superior de Pisa y en 1973 recibe el encargo de enseñar Lengua y Literatura portuguesa en Bolonia. En 1978, se traslada a la Universidad de Génova.
Del 1985 al 1987 es director del Instituto Italiano 
de Cultura de Lisboa.
Durante mucho tiempo vivió la mitad del año en Lisboa y la otra mitad  en la Toscana, dando clases en la Universidad de Siena. En 2004 obtuvo la ciudadanía portuguesa.
Obtuvo el premio francés "Médicis étranger" por su novela Notturno Indiano, y el premio Campiello por Sostiene Pereira.
Algunos de sus libros más conocidos son Notturno IndianoPiccoli equivoci senza importanzaUn baule pieno di genteGli ultimi tre giorni di Fernando PessoaSostiene PereiraLa testa perduta di Damasceno Monteiro y Si sta facendo sempre più tardi. Varios de sus libros han sido llevados al cine, entre los que destaca Sostiene Pereira, donde Marcello Mastroianni destaca en una de sus últimas interpretaciones, en 1995, sólo un año antes de su fallecimiento.
 En 2004 recibió en España el Premio Francisco Cerecedo de periodismo.
El cancer le obligó a partir un  25 de marzo de 2012 en el Hospital de la Cruz Roja de Lisboa, sostiene Pereira.

Este es el recuerdo de/a  un amigo

Por el dolor de llamar

¿Qué diablos hemos venido a hacer aquí? Creo tener una ligera idea de lo que respondería Tabucchi. Admiro en él su imaginación y también su capacidad para investigar en la realidad y terminar llegando a una realidad paralela, más profunda, esa realidad que a veces acompaña a la visible. Recuerdo que le gustaba Drummond de Andrade, que veía el misterio del más allá como si fuera solo un viejo palacio helado. Pienso en esto, mientras toco en el portón del tiempo perdido y veo que nadie responde. Vuelvo a tocar, y de nuevo la sensación de que golpeo en vano.
La casa del tiempo perdido está cubierta de hiedra por un lado, y de cenizas por el otro. Casa donde nadie vive, y yo aquí golpeando y llamando por el dolor de llamar y no ser escuchado. Nada tan cierto como que el tiempo perdido no existe, solo el caserón vacío y condenado. Y el viejo palacio helado. Llegó a casa hace siete días un mensaje de Tabucchi, en respuesta a unos recuerdos que inventé sobre Porto Pim: "Me hablas de una época remota, de cuando existían los cachalotes. Época de antes del diluvio, y sin embargo vivida. Qué raro, querido amigo". Es verdad, qué extraño. Hoy Porto Pim –hiedra y cenizas en el lugar donde nadie vive- es también un paisaje del tiempo perdido.
Junto al inventor de recuerdos y el hacedor de ficciones había un Tabucchi comprometido con la realidad, un escritor que entendía que Berlusconi había creado un mundo ficticio gracias a su imperio televisivo y mediático y que los italianos habían terminado por caer en una especie de Show de Truman del que no saldrían en años, por mucho que Berlusconi se hubiera ya largado. No había que olvidar, decía, que el show había producido leyes muy concretas y un pavoroso régimen. Y menos aún olvidar las responsabilidades de quienes habían sido condescendientes con tan grotesco espectáculo.
Tabucchi tuvo que huir cuando aquel espectáculo italiano infame afectó ya seriamente a su vida. Se marchó a Lisboa, y allí a veces escribía sobre la isla de Corvo y sobre la lejanía. Yo he escrito toda la vida sobre Dama de Porto Pim, libro de cabecera y artefacto literario que en ocasiones contemplo como si fuera un Moby Dick en miniatura. Sus menos de cien páginas componen un buen ejemplo de libro de frontera, de artilugio compuesto de cuentos breves, fragmentos de memorias, diarios de traslados metafísicos, notas personales, biografía y suicidio de Antero de Quental, astillas de una historia cazada en la cubierta de un barco, mapas, bibliografía, abstrusos textos legales, canciones de amor: elementos a primera vista enemistados entre sí y, sobre todo, con la literatura, transformados por una firme voluntad literaria en ficción pura. Un libro memorable, como tantos otros suyos: Réquiem, Nocturno hindú, Pequeños equívocos sin importancia, Sostiene Pereira, Se está haciendo cada vez más tarde.
En cuanto a Corvo, se trata de la isla más remota de las Azores. Solo se puede llegar a ella en barco. Nunca olvidaré el día en que desembarcó allí Tabucchi y vio a un hombre que tenía un molino de viento para triturar el grano y que le preguntó estupefacto: "Señor, ¿qué es lo que ha venido a hacer a esta isla?". A Corvo se va por ir, supe luego que pensó Tabucchi, a quien le habría gustado ser uno de los portugueses que llegaron en el siglo XV por primera vez a las Azores y encontraron un paraíso. Era aquella una época sin duda remota y en la que aún existían los cachalotes. Época que se ve hoy, con profundo dolor, ya tan lejana, y sin embargo, por raro que parezca, verdaderamente vivida.

...El Tabacaria es un poema escrito el 15 de enero de 1928 por Álvaro de Campos, heterónimo de Fernando Pessoa, publicado en la Presencia, en julio de 1933.
Este poema retrata una sensación del infinito, el pensamiento puede dejar de vincularse al presente inmediato para transportarse a problemas de orden existencial en otros niveles.
Retrata esta característica humana, donde el poeta revela las condiciones eternas de ser gente-finito en ciertos aspectos de su materialidad "como cosa real por fuera" e infinito en su esencia "como cosa real por dentro"
La revista Presenta con el poema Tabacaria fuepublicada de nuevo como homenaje a Pessoa.Antonio Tabucchi lo considera el poema más importante del siglo XX.
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
De mi cuarto de uno de los millones del mundo que nadie sabe cuál es
(Y si supieran cuál es, ¿qué sabrían?)
Das al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
A una calle inaccesible a todos los pensamientos,
Real; imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
Con el misterio de las cosas por debajo de las piedras y de los seres,
Con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres.
Con el destino conduciendo la carroza de todo por el camino de nada.
Estoy ahora vencido, como si supiera la verdad.
Estoy ahora lúcido, como si estuviera para morirme,
Y no tuviera más hermandad con las cosas
Sino una despedida, como si se volviera esta casa y este lado de la calle.
La hilera de vagones de un tren, y una partida pitada
Desde adentro de mi cabeza,
Y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos en la ida.
Estoy ahora perplejo como quien pensó y halló y olvidó.
Estoy ahora dividido entre la lealtad que debo
A la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuera nada.
El aprendizaje que me dieron
Lo tiré por la puerta trasera de mi casa.
Fui hasta el campo con grandes propósitos.
Pero allá encontré sólo hierbas y árboles,
Y cuando había gente era igual a la otra.
Salgo de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué sé yo de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pero pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no puede haber tantos!
¿Genio? En este momento
Cien mil cerebros se conciben en sueños genios como yo,
Y la historia no marcará, ¿quién sabe?, ninguno,
Ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, ni en mí…
¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo
No están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas-
Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
Y quién sabe si realizables,
Nunca verán la luz del sol real ni hallarán oídos de gente?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que Napoleón hizo.
He apretado al pecho hipotético más humanidades que Cristo,
Tengo hechas filosofías en secreto que ningún Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella;
Seré siempre el que no nació para eso;
Seré siempre sólo el que tenía cualidades;
Seré siempre el que esperó que le abrieran la puerta al pie de una pared sin puerta,
Y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
Y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derramé la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
Su sol, su lluvia, el viento que halla el cabello,
Y el resto que venga si viniera, o tuviera que venir, o no venga.
Esclavos cardiacos de las estrellas,
Conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama;
Pero despertamos y él es opaco,
Nos levantamos y él es ajeno,
Salimos de la casa y él es la tierra entera
Más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, pequeña;
¡Come chocolates!
Mira que no hay más metafísica en el mundo sino chocolates.
Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Pudiera comer chocolates con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al jalar del papel de plata, que es de hojas de estaño,
Tiro todo por el suelo, como he tirado la vida.)
Pero al menos queda de la amargura de lo que nunca seré
La caligrafía rápida de estos versos,
Pórtico Partido para lo Imposible.
Pero al menos consagro en mí mismo un desprecio sin lágrimas,
Noble al menos en el gesto largo con que tiro
La ropa sucia que soy, sin rol, para el decurso de las cosas,
Y quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
O Diosa Griega, concebida como estatua que fuera viva,
O Patricia Romana, imposiblemente noble y nefasta,
O Princesa de trovadores, gentilísima y colorida,
O Marquesa de siglo dieciocho, escotada y lejana,
O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres,
O no sé qué moderno- no concibo bien qué-,
Todo eso, sea lo que fuera, que seas, si puede inspirar ¡Qué inspire!
Mi corazón es un balde vacío.
Como los que invocan espíritus invocan espíritus me invoco
A mí mismo y no encuentro nada.
Llego a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los carros que pasan,
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
Veo los perros que también existen,
Y todo esto me pesa como una condena al destierro,
Y todo esto es extranjero como todo.)
Viví, estudié, amé y hasta creí,
Y hoy no hay mendigo que no envidie sólo por no ser yo.
Miro a cada uno los andrajos y las llagas y la mentira,
Y pienso: tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni creíste,
(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
Tal vez hayas existido apenas, como una lagartija a quien le cortan la cola
Y sigue siendo cola más allá de la lagartija, agitadamente.
Hice de mí lo que no supe,
Y lo que podía hacer de mí no lo hice,
El traje que vestí estaba equivocado.
Me conocieron luego por quien no era y no lo desmentí y me perdí.
Cuando quise arrancar la máscara,
Estaba pegada a la cara.
Cuando la arranqué me ví al espejo,
Ya había envejecido,
Estaba borracho, ya no sabía vestir el traje que no me había quitado.
Dejé la máscara y dormí en el vestíbulo
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
Quién me diera encontrarte como cosa que yo hiciera,
Y no quedara siempre enfrente la tabaquería de enfrente,
Pisoteando la conciencia de estar existiendo,
Como un tapete en el que un borracho tropieza
O una alfombra que los gitanos robaron y no valía nada.
Pero el dueño de la tabaquería llegó a la puerta y se quedó allí.
Lo miró con la incomodidad de la cabeza mal volteada
Y con la incomodidad del alma mal entendiendo.
Él morirá y yo moriré.
Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
En algún momento morirá el letrero y los versos también,
Después morirá la calle donde estuvo el letrero
Y la lengua en que fueron escritos los versos.
Morirá después el planeta girante en que todo esto se dio.
En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como gente
Continuará haciendo cosas como versos y viviendo debajo de cosas como letreros,
Siempre una cosa enfrente de otra,
Siempre una cosa tan inútil como la otra,
Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
Siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del misterio de la superficie,
Siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni otra.
Pero un hombre entró en la tabaquería (¿para comprar tabaco?)
Y la realidad pausible cayó de repente encima de mí.
Me incorporo enérgico, convencido, humano,
Y voy a intentar escribir estos versos en que digo lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
Y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.
Sigo el humo como una ruta propia,
Y gozo, en un momento sensitivo y competente,
La liberación de todas las especulaciones
Y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de estar enfadado.
Después me echo para atrás en la silla
y continuo fumando.
En cuanto el destino me lo conceda continuaré fumando.
(Si me casara con la hija de mi lavandera
tal vez fuera feliz).
Visto esto, me levanto de la silla. Voy a la ventana.
El hombre salió de la tabaquería (¿metiendo el cambio en el bolsillo del pantalón?).
Ah, lo conozco; es el Esteves sin metafísica.
(El dueño de la tabaquería llegó a la puerta.)
Como por un instinto divino el Esteves se volteó y me vio.
Me dijo adiós con un gesto, le grité ¡Adiós oh Esteves! y el universo
Se me reconstruyó sin ideal ni esperanza, y el dueño de la tabaquería sonrió.
Lisboa, 15 de enero de 1928


(Traducción de Mario Bojórquez)
Tabacaria
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
Janelas do meu quarto,
Do meu quarto de um dos milhões do mundo que ninguém sabe quem é
(E se soubessem quem é, o que saberiam?),
Dais para o mistério de uma rua cruzada constantemente por gente,
Para uma rua inacessível a todos os pensamentos,
Real, impossivelmente real, certa, desconhecidamente certa,
Com o mistério das coisas por baixo das pedras e dos seres,
Com a morte a pôr humidade nas paredes e cabelos brancos nos homens,
Com o Destino a conduzir a carroça de tudo pela estrada de nada.
Estou hoje vencido, como se soubesse a verdade.
Estou hoje lúcido, como se estivesse para morrer,
E não tivesse mais irmandade com as coisas
Senão uma despedida, tornando-se esta casa e este lado da rua
A fileira de carruagens de um comboio, e uma partida apitada
De dentro da minha cabeça,
E uma sacudidela dos meus nervos e um ranger de ossos na ida.
Estou hoje perplexo, como quem pensou e achou e esqueceu.
Estou hoje dividido entre a lealdade que devo
À Tabacaria do outro lado da rua, como coisa real por fora,
E à sensação de que tudo é sonho, como coisa real por dentro.
Falhei em tudo.
Como não fiz propósito nenhum, talvez tudo fosse nada.
A aprendizagem que me deram,
Desci dela pela janela das traseiras da casa.
Fui até ao campo com grandes propósitos,
Mas lá encontrei só ervas e árvores,
E quando havia gente era igual à outra.
Saio da janela, sento-me numa cadeira. Em que hei-de pensar?
Que sei eu do que serei, eu que não sei o que sou?
Ser o que penso? Mas penso ser tanta coisa!
E há tantos que pensam ser a mesma coisa que não pode haver tantos!
Génio? Neste momento
Cem mil cérebros se concebem em sonho génios como eu,
E a história não marcará, quem sabe?, nem um,
Nem haverá senão estrume de tantas conquistas futuras.
Não, não creio em mim.
Em todos os manicómios há doidos malucos com tantas certezas!
Eu, que não tenho nenhuma certeza, sou mais certo ou menos certo?
Não, nem em mim…
Em quantas mansardas e não-mansardas do mundo
Não estão nesta hora génios-para-si-mesmos sonhando?
Quantas aspirações altas e nobres e lúcidas —
Sim, verdadeiramente altas e nobres e lúcidas —,
E quem sabe se realizáveis,
Nunca verão a luz do sol real nem acharão ouvidos de gente?
O mundo é para quem nasce para o conquistar
E não para quem sonha que pode conquistá-lo, ainda que tenha razão.
Tenho sonhado mais que o que Napoleão fez.
Tenho apertado ao peito hipotético mais humanidades do que Cristo.
Tenho feito filosofias em segredo que nenhum Kant escreveu.
Mas sou, e talvez serei sempre, o da mansarda,
Ainda que não more nela;
Serei sempre o que não nasceu para isso;
Serei sempre só o que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de uma parede sem
[porta,
E cantou a cantiga do Infinito numa capoeira,
E ouviu a voz de Deus num poço tapado.
Crer em mim? Não, nem em nada.
Derrame-me a Natureza sobre a cabeça ardente
O seu sol, a sua chuva, o vento que me acha o cabelo,
E o resto que venha se vier, ou tiver que vir, ou não venha.
Escravos cardíacos das estrelas,
Conquistámos todo o mundo antes de nos levantar da cama;
Mas acordámos e ele é opaco,
Levantámo-nos e ele é alheio,
Saímos de casa e ele é a terra inteira,
Mais o sistema solar e a Via Láctea e o Indefinido.
(Come chocolates, pequena;
Come chocolates!
Olha que não há mais metafísica no mundo senão chocolates.
Olha que as religiões todas não ensinam mais que a confeitaria.
Come, pequena suja, come!
Pudesse eu comer chocolates com a mesma verdade com que comes!
Mas eu penso e, ao tirar o papel de prata, que é de folha de estanho,
Deito tudo para o chão, como tenho deitado a vida.)
Mas ao menos fica da amargura do que nunca serei
A caligrafia rápida destes versos,
Pórtico partido para o Impossível.
Mas ao menos consagro a mim mesmo um desprezo sem lágrimas,
Nobre ao menos no gesto largo com que atiro
A roupa suja que sou, sem rol, pra o decurso das coisas,
E fico em casa sem camisa.
(Tu, que consolas, que não existes e por isso consolas,
Ou deusa grega, concebida como estátua que fosse viva,
Ou patrícia romana, impossivelmente nobre e nefasta,
Ou princesa de trovadores, gentilíssima e colorida,
Ou marquesa do século dezoito, decotada e longínqua,
Ou cocotte célebre do tempo dos nossos pais,
Ou não sei quê moderno — não concebo bem o quê —,
Tudo isso, seja o que for, que sejas, se pode inspirar que inspire!
Meu coração é um balde despejado.
Como os que invocam espíritos invocam espíritos invoco
A mim mesmo e não encontro nada.
Chego à janela e vejo a rua com uma nitidez absoluta.
Vejo as lojas, vejo os passeios, vejo os carros que passam,
Vejo os entes vivos vestidos que se cruzam,
Vejo os cães que também existem,
E tudo isto me pesa como uma condenação ao degredo,
E tudo isto é estrangeiro, como tudo.)
Vivi, estudei, amei, e até cri,
E hoje não há mendigo que eu não inveje só por não ser eu.
Olho a cada um os andrajos e as chagas e a mentira,
E penso: talvez nunca vivesses nem estudasses nem amasses nem cresses
(Porque é possível fazer a realidade de tudo isso sem fazer nada disso);
Talvez tenhas existido apenas, como um lagarto a quem cortam o rabo
E que é rabo para aquém do lagarto remexidamente.
Fiz de mim o que não soube,
E o que podia fazer de mim não o fiz.
O dominó que vesti era errado.
Conheceram-me logo por quem não era e não desmenti, e perdi-me.
Quando quis tirar a máscara,
Estava pegada à cara.
Quando a tirei e me vi ao espelho,
Já tinha envelhecido.
Estava bêbado, já não sabia vestir o dominó que não tinha tirado.
Deitei fora a máscara e dormi no vestiário
Como um cão tolerado pela gerência
Por ser inofensivo
E vou escrever esta história para provar que sou sublime.
Essência musical dos meus versos inúteis,
Quem me dera encontrar-te como coisa que eu fizesse,
E não ficasse sempre defronte da Tabacaria de defronte,
Calcando aos pés a consciência de estar existindo,
Como um tapete em que um bêbado tropeça
Ou um capacho que os ciganos roubaram e não valia nada.
Mas o Dono da Tabacaria chegou à porta e ficou à porta.
Olho-o com desconforto da cabeça mal voltada
E com o desconforto da alma mal-entendendo.
Ele morrerá e eu morrerei.
Ele deixará a tabuleta, eu deixarei versos.
A certa altura morrerá a tabuleta também, e os versos também.
Depois de certa altura morrerá a rua onde esteve a tabuleta,
E a língua em que foram escritos os versos.
Morrerá depois o planeta girante em que tudo isto se deu.
Em outros satélites de outros sistemas qualquer coisa como gente
Continuará fazendo coisas como versos e vivendo por baixo de coisas como
[tabuletas,
Sempre uma coisa defronte da outra,
Sempre uma coisa tão inútil como a outra,
Sempre o impossível tão estúpido como o real,
Sempre o mistério do fundo tão certo como o sono de mistério da superfície,
Sempre isto ou sempre outra coisa ou nem uma coisa nem outra.
Mas um homem entrou na Tabacaria (para comprar tabaco?),
E a realidade plausível cai de repente em cima de mim.
Semiergo-me enérgico, convencido, humano,
E vou tencionar escrever estes versos em que digo o contrário.
Acendo um cigarro ao pensar em escrevê-los
E saboreio no cigarro a libertação de todos os pensamentos.
Sigo o fumo como a uma rota própria,
E gozo, num momento sensitivo e competente,
A libertação de todas as especulações
E a consciência de que a metafísica é uma consequência de estar mal disposto.
Depois deito-me para trás na cadeira
E continuo fumando.
Enquanto o Destino mo conceder, continuarei fumando.
(Se eu casasse com a filha da minha lavadeira
Talvez fosse feliz.)
Visto isto, levanto-me da cadeira. Vou à janela.
O homem saiu da Tabacaria (metendo troco na algibeira das calças?).
Ah, conheço-o: é o Esteves sem metafísica.
(O Dono da Tabacaria chegou à porta.)
Como por um instinto divino o Esteves voltou-se e viu-me.
Acenou-me adeus, gritei-lhe Adeus ó Esteves!, e o universo


Reconstruiu-se-me sem ideal nem esperança, e o Dono da Tabacaria sorriu.